“Me evadí y me escondí entre los olivos, fueron mi refugio en lo bueno y en lo malo.”
Miramos hacia el futuro a través del olivar, como metáfora de la relación del hombre en comunión con su hábitat. El líquido dorado une lo bueno que aprendimos del pasado con la esperanza de un futuro sostenible a través de un trabajo concienciado en el presente.
Crecí jugando entre estos olivos y aprendí de mis padres las enseñanzas y el valor de una forma de vida que ahora la siguiente generación hereda. Por eso, cada gota del aceite de oliva virgen extra Finca Huella Dorada, rezuma historia, tradición y saber hacer.